miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿Le gustaría saber cómo y por qué se escribe poesía? por la poeta Odalys Interián


UNA INVITACIÓN A LEER POESIA

Por Odalys Interian
libro-de-poemasNada revelara más sobre qué es poesía, que un libro de poemas. Un libro de poesía dice más que todos los tratados de teoría.  Como acertara a decir T.S. Eliot: “Las teorías del poeta deben  fluir de lo que escribe y no lo que escribe de sus teorías”.
La crítica es inseparable de la poesía, y esta hace  de la crítica una negación. La poesía le impone a la crítica una tensión más severa, es tan maravillosa que ningún instrumento sirve para medirla, mucho menos un juicio individual o colectivo podrá jamás encasillarla o  definirla. Y es tan difícil dominarla con una mirada. Hay tanto misterio y tanta hondura, tanta sinergia y racionalidad, tanta luz y tanto universo. Todo argumento crítico tiene algo de ficción, también la poesía. Todo vuelve al verso conciliándose a la naturaleza que en el poema perpetuamente crea y recrea, mata y resucita las realidades nuestras. El único logro de la crítica se ha dicho que es que nos ayuda a enfocar la mirada y el oído.
¿Le gustaría saber cómo y  por qué se escribe poesía?  ¿Quiere acercarse al ser, y descubrirse usted mismo?  ¿Quiere aportarle  a lo escrito su experiencia y vivencia? Lea poesía, la que le guste, o la que lo emocione; pero  lea despreocupado, no trate de descifrar códigos secretos, no los hay, no busque fórmulas,  no trate de interpretar. Si la poesía lo conmueve,  es válida,  no tiene que entenderla.  “Nadie escribiría versos si el problema de la poesía fuera hacerse entender” decía Montale. Así que los poetas no buscan que los entiendan, escriben por vicio o por necesidad, o  ambas.  Ese es el vicio necesario del poeta: “escribir”.
Y es que un libro de poemas es un banquete, donde tanto el que escribe como el que lee,  se sirven a su antojo, cada uno ofrece  su verdad, cada uno aporta su experiencia.
Cuando lee un libro de poemas usted también lo escribe, lo vuelve a escribir. Nunca es el mismo libro, usted habrá hecho una recreación a partir  del original. Usted  también puede crear, es co-creador iniciándose, obrero maestro y participante del hecho creativo  y esa participación nos satisface.
Descubra que hay tras los tanteos del poeta, el nuevo yo siempre incorporado, el mismo, el nuevo mismo, el otro. Descubra las diversas maneras de estar en un poema, el placer, el movimiento, la ascendencia, el descubrimiento de lo ajeno y nuestro, la celebración. Saber que siente, que trae, que revela una metáfora, además de ser “lo mismo y  otra cosa”.
Sea parte del juego, lea salido de usted mismo con los ojos abortados y mírese desde afuera. Cuando lee, usted no es la imitación es el original. De alguna manera  influye en lo que está escrito. Lo que está en el poema, se magnífica en uno. Y lo que no, lo  que esta sugerido, lo que calla, es más  silencio que podemos completar con nuestro silencio.
Es su lectura, su manera de interpretar, lo que llenará esos “huecos” que ha dejado el que escribe. Los que están hechos de manera adecuada son los que logran trasmitir la maravilla del acto poético. Ellos son el espejo que refracta la creación. Cuando se lee,  se observa uno mismo y esa contemplación siempre nos deleita. El poeta Paul Celán definiría así el arte de la traducción. Como leer  poesía, oírla,  escribirla y hasta el que trata de comprenderla es siempre  un ejercicio de traducción. Así que traducimos siempre.  ¿Qué es lo real? Hasta qué punto nos acercamos a  la verdad. ¿Cuál verdad?  Lea, y su verdad será  también válida  y quedará  establecida. ¿Qué es lo íntimo? No hay diferencia para el hombre  de hoy para quien el universo y lo que lo rodea no es más una representación. Todo integrado al hombre, lo significativo y lo intrascendente. Todo importa menos y todo va a la poesía. ¿Estamos cambiando?  Puede ser, lo cierto es que se vive con otra percepción, con un sentido distinto del tiempo y del espacio.
Lea poesía, siéntese impulsado por el instinto y el enajenado vigor de las palabras. Ellas son más que soluciones imaginarias, ella son la existencia, son movimiento, ponen en marcha esa corriente luminosa, ese caudal de eternidad. Leer es el mejor camino para desandarnos de tanto dolor y malos momentos, Leer es resucitar, porque el hombre nuevo que hace  la poesía será un ser superior dotado de lealtades y una nueva conciencia, leer es haber vivido mucho tiempo, es aprender de otros, es repetirnos, y es multiplicarnos.
Me gustaría terminar  con un pensamiento de Ezra Pound: “Los poetas no son más que embajadores del mundo silencioso. Así balbucean, murmuran, se hunden en la noche del cosmos, hasta que finalmente se encuentran al nivel de las raíces donde se confundirán las cosas y las formulaciones. He aquí  por  qué la poesía tiene mucho más importancia que cualquier otro arte, que cualquier otra ciencia…
Lea poesía, mientras más sepamos de poesía mejor, la existencia está allí, en el mejoramiento humano.
PARA LOS POETAS
Un poeta –  diría Rimbaud- “Dará  algo más que la fórmula de su pensamiento” dejará huellas y sequiará  en busca de esa plenitud que necesita, en busca de la conciliación. Y advertía,   que ya no se trataba de una cuestión de género literario sino de actitud o, en todo caso, de lenguaje,  al proclamar: “la poesía no rimara más la acción: estará antes que ella”.  Estaba asegurando la creación de un lenguaje universal,  donde el poeta sería un multiplicador de progreso. ¿Videncia?
¿Habrá  llegado ese tiempo?  El tiempo magnífico de la siega y el progreso.  La mies es mucha y los obreros son pocos. Oren al amo de la mies (la poesía) que envíe más  trabajadores. Si, vendrán otros, muchos otros para dar continuidad, para seguir el cultivo de su propia alma y para rescatar al hombre de tanta ignorancia.
Existían dos especies de poeta para Oscar Wilde. Los primeros aportan las preguntas y los otros las respuestas, Como saber si el que pregunta nunca es el mismo que contesta, para él los menos comprendidos, los poetas que preguntan, son los que llegan tarde. Yo creo con total valides en esa poesía indagatoria e interrogante pero creo que lo que  nos llevará a la felicidad no serán las preguntas sino las respuestas. Las que hayamos sido capaces de encontrar a lo largo del camino.
En espera de ese tiempo, el poeta siempre está en la escalada, en su lucha feroz con el ángel, siempre insistirá, hasta que consiga la bendición final, aún en su cojera, le queda la fe para seguir, sosteniéndolo con un clamor definitivo. Y eso es el verso, lo que nos acerca a lo divino, derramándose como una anunciación de victoria, él es el que vence. Ha ascendido del abismo, ha conseguido inmortalidad.
El poema solo puede representar  lo que  ya  existe, Resuelve todas las contradicciones, vuelve a presentar la existencia desde su mirada y agudeza. La grandeza de un poeta es la cantidad de voces que incorpora a su yo, la multitud que acomoda en el  verso, su grandeza estará si es capaz de acercar la poesía a la vida y a los otros hombres.
En el poema, cifra y armonía, lo innumerable, la enormidad, lo inaudito y desconocido, fundiéndose, para permanecer. Palabras, palabras descoloridas, palabras llenas de encanto, inagotables, traen las formas del amor, una luminosidad.
“Una obra siempre está lejos de un fin”, ese carácter perpetuador le imprime a la poesía un sello.  El poeta padece una enfermedad por así decirlo que lo hace volver y volver al verso, él  estará  pensando siempre en las palabras. El incurable “síndrome del poeta”, el regreso eterno.  Nunca satisfecho, el eterno inconforme, volverá y volverá al verso, pensará en las palabras siempre.
Poesía para  tratar de encontrarnos, y en el silencio de esa  proximidad brotan palabras a veces sin sentido, palabras llenas de universos, palabras nuestras, las mejores que se nos dan, porque algunas parecen pertenecernos ya de tantas usarlas. Y son nuestras  y se acomodan en el verso por  impulso, sin ser conscientes muchas veces las repetimos, y se  nos vuelven recurrentes, ese sentido de pertenencia nos salva, somos fieles a ellas, no habrá renuncia. Ellas nos premian, para el poeta las palabras son el maná bendito. Él estará buscando siempre la equivalencia, el equilibrio, las palabras saludables, las sanas que edifican, las más audaces y las que están  en la sombra también.   El poeta no desecha nada, le interesan todas las palabras.  Pero las hay que nos empobrecen y  nos confinan a un espacio estrecho en el que apenas podemos movernos, las que  nos fijan siempre al suelo, las que nos hunden en el lodo,  aún esas,  no somos capaces de ignorarlas. Otras nos desarman y nos denudan frente a todos los hombres. Pero el poeta anda despojado de pudor, se siente Divino, las mezquindades carnales están lejos de él. El ama las palabras y la perfección, aun con sus pasiones y valores humanos. Ese volver  nos hace poetas, esa constante búsqueda de la palabra liberadora,  esa inconformidad nos enfrenta a la poesía,  la que está cerca de la perfección  y del origen, más cerca de la verdad incontaminada.
Cítenme unos buenos versos que hayan arruinado a un editor- decía Baudelaire, y a los que se entregan o se han entregado a la poesía les aconsejó no abandonarla jamás. Y termina diciendo: “Todo hombre sano puede pasarse dos días sin comer, sin poesía nunca” .
Odalys Interian es instructora del Taller de Creación Poética del Centro de Instrucción para la Literatura y el Arte.
Nuevo taller inicia el sábado 7 de diciembre de 2013.
Para reservar su cupo, por favor enviar un e-mail a poetasyescritoresmiami

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