lunes, 22 de junio de 2020

Donde el tiempo se ha roto


Poseedor de un lenguaje sensitivo, lleno de matices que en ocasiones reflejan un paisaje jubiloso, y en otras nos deja ver los propios temores a los que se enfrenta el poeta.
Miro el presente violento
en los cuencos vacíos
de los ojos
un cuello...
y una soga marcada allí.
La esperanza surge igual que el sol —nos dice—, la presunción de los días cercanos es un bisturí extirpando las entrañas, ser poeta es algo más que proponerse interpretar el mundo y hallar respuestas a todos los retos de la vida. La escritura poética es reveladora, la acción y el propio acto de creación, que pone en términos de imaginación circunstancias y realidades de la vida. O, incluso, las realidades íntimas del poeta que el mismo desconoce y descubre también cuando las escribe. Para Carlos Alberto aprender significa sumergirse él mismo en las cosas hasta que su naturaleza intrínseca se nos torna manifiesta y estimule el impulso poético. Un pensamiento tan bien expresado en estos versos: lo cotidiano /que rompe con su hacha /intransigente /pausado /bajo el molde del subconsciente.
Viví en alguna rendija
de un cielo roto
donde el destino no posó su vista
permanecí inmóvil entre tus ángeles
que no me recordaron.
Fui el antes y el después...
el vuelo atrasado
de un reloj a destiempo
Segundero desprendido del tic tac
soñando con marcar
el tiempo exacto.

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