Este es el libro de las consolaciones
el libro de los días en su
declinar
completando el número y la
llamada
los íntimos ayunos.
El libro de las horas en
sus deslumbres
y libres albedríos.
El libro de los salmos
de David
que leía mi madre bajo el
peral
y la nube.
El libro de las
disposiciones
y la inocencia anterior
de las alburas del
silencio
sobre el larguísimo
aposento de la luz
y la rompiente oscuridad.
Aquí yace la última
serpiente
aplastada por el versículo
del génesis
aliviador.
Un jardín labrándose
bajo la nube
la congregada figura del
aire en el desierto
un nombre abriendo el
círculo de clemencia
la vena tutelar de Dios.
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